Antes de llegar aquí me hice el firme propósito de no volver
a escribir sobre insectos. Pero es inevitable, y lo voy a volver a hacer.
No había entrado aún en el rancho, cuando una intensa
pestilencia saturó mi pituitaria.
-¿Qué es esto Ale?
Mi marido ni me mira, sigue con las manos en el volante y la
vista fija en el trayecto por recorrer. Entonces contesta con un escueto
-Mierda.