Con 55 años y los mismos kilos de peso, a veces Don
Enrique me recuerda a mi padre. Los dos son flacos y chaparros porque no han
tenido tiempo para pararse a engordar o a crecer. A ninguno se le paran las
moscas, ni les crecen telarañas. A veces, les pasa como a los dibujitos
animados, que las piernas se les vuelven circulares por el efecto del
movimiento. Los dos tienen buen son, buena vibra. En estos aspectos,
sábado, 15 de junio de 2013
¿Cuánto vale tu vida?
¿Te has puesto a pensar alguna vez cuánto vale tu
vida? Pues piénsalo.
Ayer a medio día después de la hora de la comida,
mientras recogía la cocina, me puse a hablar con Raquel.
-¡Ay Raquel! Tengo mal cuerpo.
-¿Qué es eso?- Ya saben, mismo idioma, diferentes
usos.
-No sé, estoy como triste, tengo pena.
-¿Y eso por qué será Rebe?
-Pues, como me paso el día matando a gente y
describiendo
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