lunes, 4 de mayo de 2015

Código Rojo



Una vez, hace ya algún tiempo, que leí en el Muy Interesante un artículo sobre los distintos conflictos internacionales, y el grado de peligrosidad de los mismos. México era considerado un país en guerra. ¡Qué exagerados! -Pensé, y que es que normal que cuando estamos dentro del bosque no podamos ver los árboles. El indicador que usaban para establecer la clasificación no era otro que el número de muertos por actos violentos al cabo del año. No recuerdo las cifras, así que no las voy a poner, pero son cientos, miles los nombres de personas que al cabo del año pasan a mejor vida a manos de las armas. Aquí nos consolamos pensando que casi todos forman parte de los diferentes cárteles u organizaciones armadas que minan el país, pero no siempre es así.

El otro día me levanté temprano, como siempre, dispuesta a llenar mi despensa y mi frigorífico en algún supermercado local. No me había terminado de poner los zapatos cuando me alertaron los pitidos del Whatsapp, el primer mensaje decía más o menos así:
-”Tres camionetas incendiadas a la altura del hotel Casa Grande, la diputada Soraya se ve obligada a refugiarse dentro. Narco bloqueos en todos los accesos a Lagos de Moreno. No salgan de sus casas.”
-Qué ¿Qué? ¿Que los narcotraficantes han cerrado accesos a carreteras principales? ¿Cómo?- Dije en voz alta sin esperar que nadie contestara. Alarmada, deseché la imagen de mi cabeza: eso no podía estar pasando en Lagos.
-Pero... ¿Es aquí?- Escribí.
Demasiado tarde, los alarmantes mensajes minaban los dos grupos de madres de mi Whatsapp. Imágenes de camiones incendiados, de carreteras tomadas por las fuerzas de seguridad, de autobuses secuestrados, y lo peor de todo: llega un mensaje de una madre que estando en otro súper, ha sido testigo del intento de incendiar la gasolinera de al lado. ¡Que la gasolinera está al lado del centro comercial! ¡Que en el centro comercial hay niños! Las manos me sudan y me dispongo a alertar a los míos.
-¡Aleeee, Aleee! -Le grito por el móvil- ¿Dónde estás?
-En la fábrica, ¿Por?
-No salgas, por nada del mundo, hay narco bloqueos en San Juanico, a la entrada de Lagos, y en no se qué más. Han incendiado tres coches delante del Casa Grande, ha habido un tiroteo en Ley, y han...
-Pero ...¿Qué dices? Eso que me estás contando... ¿Es aquí?
-Pues sí.
-Y ¿Por qué?
-Espérate un momento que llamo por teléfono a los narcos y le pregunto...¡No te j...! ¡Yo que sé!
Mi marido se ríe -Chiqui, tranquila, yo no veo nada, está todo tranquilo, voy a hacer unas cosas en Lagos y luego te platico.
Le faltó especificar -Cariño, como delante de mis narices no están vertiendo combustible en autobuses secuestrados, no pasa nada. ¡Es que ni siquiera me llega el olor a gasolina!

Llega otra imagen de Twitter, un camión arde en mitad de la carretera Lagos de Moreno-León.
-¡Anda, mis suegros! - Digo llevándome la mano a la cabeza.
-¡Señora, Señora!- Le gritoneo a mi suegra -Tengan cuidado, Hay narco bloqueos en casi todos los accesos por carretera, han incendiado camiones, autobuses, gasolineras, bancos....
-Pero ¿Qué dices, Rebe?
-¡Que sí, que sí! Que lo están diciendo en las redes.
-¡Ay Rebe! Pero si acabamos de llegar a León y no hemos visto nada. La gente es muy exagerada.
Claro, como tampoco ha tenido que parar las balas con los dientes, está tranquila. El iconito verde de mi teléfono manda imágenes de la tragedia, noticias fidedignas, bulos desmesurados, y muchas manitas rezando juntas para que Dios nos ampare.

Me voy con mis niños a casa de mis suegros a quitar la paja del trigo, y la verdad es que no es para tanto. Aristóteles Sandoval, que es al estado de Jalisco lo que Susana Díaz a Andalucía, ha decretado Código Rojo. No es nada grave, sólo que se recomienda a los ciudadanos que no salgan de sus casas si no es estrictamente necesario, y si lo es, TAMPOCO. Recomienda el cierre de bancos y de gasolineras y la suspensión del transporte de tráfico pesado. ¡Nada! Algo que pasa todos los días en cualquier parte. Sólo están afectados ¡EL 20% DE LOS MUNICIPIOS DEL ESTADO DE JALISCO! Una nimiedad: han incendiado 11 bancos, y una caja, 6 gasolineras, ha habido 4 tiroteos, un helicóptero Cougar de última generación que el gobierno mexicano le compró a Sarkozy, ha sido derribado a balazos, se computan más de 39 bloqueos... En fin, una cosita de nada.

Y todo esto ¿Por qué? Porque estaba planeada la detección de un tal Nemesio Oseguera, alias “El Mencho” líder del cártel de Jalisco “Nueva Generación”. Mira por donde me entero que además de paisajes, historia y la mejor barbacoa del estado, en Jalisco también tenemos cártel, no nos falta ni un perejil. Pues bien, este tipejo ni siquiera ha sido detenido, una filtración de las fuerzas de seguridad, que tiene más agujeros que un colador, ha alertado a los malandros que han puesto pies en polvorosa para huir de su destino, y para amedrentar a la población, y de paso a los gobernantes, han decidido sembrar el caos por unas horas, una cosa de lo más normal.

Lo mejor del asunto es el cómputo de fallecidos: según fuentes oficiales 7 personas. A ver, yo soy malísima con las matemáticas, pero sumemos los datos de las fuentes oficiales: un civil en Autlan, y un helicóptero derribado que llevaba a bordo 18 personas. ¿Nada más? No, no hay más información oficial, pero 18 más 1 son.... ¡Siete! Sí, no hay duda que son 7, y que en el resto de altercados no hubo fallecidos, por cierto, los siete son de los buenos, no hay malos muertos, sólo 15 detenidos. ¿En serio que no hay malos muertos? Según fuentes oficiales “Los Mata Zetas”, como se hacían llamar, han salido de rositas, con un país que bloqueó por momentos las redes sociales, no murió ni uno, eso sí, hubo siete muertos, o lo que es lo mismo: 18 más uno.

Lo triste de todo esto, es la cantidad de hierro que se le quita al asunto, es ver hasta dónde se puede normalizar una situación de violencia. Por la tarde, cuando llegó mi marido me dice:
-Ves chiqui, como no ha pasado nada.
-No sé Ale, lo del Casa Grande es dudoso, pero han confirmado el intento de incendiar la gasolinera del Ley, y el que reparte la leche ha dicho que había un coche ardiendo en frente de “Carnitas el Caminante”.
-¡Uy, corimore! Eso fue hace mucho.
-¿Cuándo? ¿Cuando el tiroteo que hubo en San Pedro hace cuatro años?- Pregunto inocentemente.
-No, a las nueve de la mañana de hoy.
-¡Ah! Si fue a las nueve de la mañana, como si fue a la una de la tarde en el rancho, mientras no me queme a mí o a mis hijos los dedos de los pies... ¡No hay problema!

Así nos va, tú come y calla, ver, oír y callar. México es un país maltratado, por sus dirigentes, por sus fuerzas de seguridad, y por la multitud de grupos armados que habitan en él. Como en los casos de violencia de género, los periodos de Lunas de Miel, en los que todo parece estar en calma, se alternan con este tipo de situaciones injustificadas, y se acorta el tiempo entre ambos. La gente de la generación de mis suegros, no cerraba la puerta por la noche, no hacía falta. Los de mi generación jugaban en la calle, entonces se podía, y los de la de mis hijos se guardan en casa durante los Código Rojos. Lo siento, pero este no es el país en el que quiero que crezcan, ¡Así no se vale!