Una
vez, hace ya algún tiempo, que leí en el Muy Interesante un
artículo sobre los distintos conflictos internacionales, y el grado
de peligrosidad de los mismos. México era considerado un país en
guerra. ¡Qué exagerados! -Pensé, y que es que normal que cuando
estamos dentro del bosque no podamos ver los árboles. El indicador
que usaban para establecer la clasificación no era otro que el
número de muertos por actos violentos al cabo del año. No recuerdo
las cifras, así que no las voy a poner, pero son cientos, miles los
nombres de personas que al cabo del año pasan a mejor vida a manos
de las armas. Aquí nos consolamos pensando que casi todos forman
parte de los diferentes cárteles u organizaciones armadas que minan
el país, pero no siempre es así.
El
otro día me levanté temprano, como siempre, dispuesta a llenar mi
despensa y mi frigorífico en algún supermercado local. No me había
terminado de poner los zapatos cuando me alertaron los pitidos del Whatsapp, el primer mensaje decía más o menos así:
-”Tres
camionetas incendiadas a la altura del hotel Casa Grande, la diputada
Soraya se ve obligada a refugiarse dentro. Narco bloqueos en todos
los accesos a Lagos de Moreno. No salgan de sus casas.”
-Qué
¿Qué? ¿Que los narcotraficantes han cerrado accesos a carreteras principales? ¿Cómo?- Dije en voz alta sin esperar que nadie contestara. Alarmada,
deseché la imagen de mi cabeza: eso no podía estar pasando en
Lagos.
-Pero...
¿Es aquí?- Escribí.
Demasiado
tarde, los alarmantes mensajes minaban los dos grupos de madres de mi Whatsapp. Imágenes de camiones incendiados, de carreteras tomadas
por las fuerzas de seguridad, de autobuses secuestrados, y lo peor de
todo: llega un mensaje de una madre que estando en otro súper, ha
sido testigo del intento de incendiar la gasolinera de al lado. ¡Que
la gasolinera está al lado del centro comercial! ¡Que en el centro
comercial hay niños! Las manos me sudan y me dispongo a alertar a
los míos.
-¡Aleeee,
Aleee! -Le grito por el móvil- ¿Dónde estás?
-En
la fábrica, ¿Por?
-No
salgas, por nada del mundo, hay narco bloqueos en San Juanico, a la
entrada de Lagos, y en no se qué más. Han incendiado tres coches
delante del Casa Grande, ha habido un tiroteo en Ley, y han...
-Pero
...¿Qué dices? Eso que me estás contando... ¿Es aquí?
-Pues
sí.
-Y
¿Por qué?
-Espérate
un momento que llamo por teléfono a los narcos y le pregunto...¡No
te j...! ¡Yo que sé!
Mi
marido se ríe -Chiqui, tranquila, yo no veo nada, está todo
tranquilo, voy a hacer unas cosas en Lagos y luego te platico.
Le
faltó especificar -Cariño, como delante de mis narices no están
vertiendo combustible en autobuses secuestrados, no pasa nada. ¡Es
que ni siquiera me llega el olor a gasolina!
Llega
otra imagen de Twitter, un camión arde en mitad de la carretera
Lagos de Moreno-León.
-¡Anda,
mis suegros! - Digo llevándome la mano a la cabeza.
-¡Señora,
Señora!- Le gritoneo a mi suegra -Tengan cuidado, Hay narco bloqueos
en casi todos los accesos por carretera, han incendiado camiones,
autobuses, gasolineras, bancos....
-Pero
¿Qué dices, Rebe?
-¡Que
sí, que sí! Que lo están diciendo en las redes.
-¡Ay
Rebe! Pero si acabamos de llegar a León y no hemos visto nada. La
gente es muy exagerada.
Claro,
como tampoco ha tenido que parar las balas con los dientes, está
tranquila. El iconito verde de mi teléfono manda imágenes de la
tragedia, noticias fidedignas, bulos desmesurados, y muchas manitas
rezando juntas para que Dios nos ampare.
Me
voy con mis niños a casa de mis suegros a quitar la paja del trigo,
y la verdad es que no es para tanto. Aristóteles Sandoval, que es al
estado de Jalisco lo que Susana Díaz a Andalucía, ha decretado
Código Rojo. No es nada grave, sólo que se recomienda a los
ciudadanos que no salgan de sus casas si no es estrictamente
necesario, y si lo es, TAMPOCO. Recomienda el cierre de bancos y de
gasolineras y la suspensión del transporte de tráfico pesado.
¡Nada! Algo que pasa todos los días en cualquier parte. Sólo están
afectados ¡EL 20% DE LOS MUNICIPIOS DEL ESTADO DE JALISCO! Una
nimiedad: han incendiado 11 bancos, y una caja, 6 gasolineras, ha
habido 4 tiroteos, un helicóptero Cougar de última generación que
el gobierno mexicano le compró a Sarkozy, ha sido derribado a
balazos, se computan más de 39 bloqueos... En fin, una cosita de
nada.
Y
todo esto ¿Por qué? Porque estaba planeada la detección de un tal
Nemesio Oseguera, alias “El Mencho” líder del cártel de Jalisco
“Nueva Generación”. Mira por donde me entero que además de
paisajes, historia y la mejor barbacoa del estado, en Jalisco también
tenemos cártel, no nos falta ni un perejil. Pues bien, este tipejo
ni siquiera ha sido detenido, una filtración de las fuerzas de
seguridad, que tiene más agujeros que un colador, ha alertado a los
malandros que han puesto pies en polvorosa para huir de su destino, y
para amedrentar a la población, y de paso a los gobernantes, han
decidido sembrar el caos por unas horas, una cosa de lo más normal.
Lo
mejor del asunto es el cómputo de fallecidos: según fuentes
oficiales 7 personas. A ver, yo soy malísima con las matemáticas,
pero sumemos los datos de las fuentes oficiales: un civil en Autlan,
y un helicóptero derribado que llevaba a bordo 18 personas. ¿Nada
más? No, no hay más información oficial, pero 18 más 1 son....
¡Siete! Sí, no hay duda que son 7, y que en el resto de altercados
no hubo fallecidos, por cierto, los siete son de los buenos, no hay
malos muertos, sólo 15 detenidos. ¿En serio que no hay malos
muertos? Según fuentes oficiales “Los Mata Zetas”, como se
hacían llamar, han salido de rositas, con un país que bloqueó por
momentos las redes sociales, no murió ni uno, eso sí, hubo siete
muertos, o lo que es lo mismo: 18 más uno.
Lo
triste de todo esto, es la cantidad de hierro que se le quita al
asunto, es ver hasta dónde se puede normalizar una situación de
violencia. Por la tarde, cuando llegó mi marido me dice:
-Ves
chiqui, como no ha pasado nada.
-No
sé Ale, lo del Casa Grande es dudoso, pero han confirmado el intento
de incendiar la gasolinera del Ley, y el que reparte la leche ha
dicho que había un coche ardiendo en frente de “Carnitas el
Caminante”.
-¡Uy,
corimore! Eso fue hace mucho.
-¿Cuándo?
¿Cuando el tiroteo que hubo en San Pedro hace cuatro años?-
Pregunto inocentemente.
-No,
a las nueve de la mañana de hoy.
-¡Ah!
Si fue a las nueve de la mañana, como si fue a la una de la tarde en
el rancho, mientras no me queme a mí o a mis hijos los dedos de los
pies... ¡No hay problema!
Así
nos va, tú come y calla, ver, oír y callar. México es un país
maltratado, por sus dirigentes, por sus fuerzas de seguridad, y por
la multitud de grupos armados que habitan en él. Como en los casos
de violencia de género, los periodos de Lunas de Miel, en los que
todo parece estar en calma, se alternan con este tipo de situaciones
injustificadas, y se acorta el tiempo entre ambos. La gente de la
generación de mis suegros, no cerraba la puerta por la noche, no hacía falta. Los de
mi generación jugaban en la calle, entonces se podía, y los de la de mis hijos se
guardan en casa durante los Código Rojos. Lo siento, pero este no es
el país en el que quiero que crezcan, ¡Así no se vale!